Muchas personas ya han incorporado a su vida una dieta macrobiótica con el fin de obtener salud, bienestar y equilibrio.
La alimentación Macrobiótica, fundada por George Oshawa, trata una nueva filosofía de alimentación que busca mantener el equilibrio entre los alimentos. Está basada en el principio del equilibrio del Ying y el Yang y consiste en adaptar las tradiciones culinarias de Extremo Oriente que, muchas veces se encuentran ligadas a la medicina y a la espiritualidad. No se trata de una dieta para perder peso.
Macrobiótica significa “Gran Vida” (Macro = Gran, Bio = Vida), y su objetivo es proporcionar al cuerpo la mayor libertad posible en base a la alimentación, lo que requiere de una cierta concentración previa y una toma de conciencia basada en la importancia de la alimentación: “sin alimentación no hay vida; la calidad de la alimentación determina la calidad de la forma de vida”.
La Macrobiótica puede ser considerada de varias maneras según el nivel en el cual se la sitúa:
- Como un camino de desarrollo personal global que permite mejorar el estado de la conciencia.
- Como un régimen bueno para la salud.
- Como una medicina natural.
Éstos son sus principios básicos:
- Comer tan sólo cuando se tiene hambre y sólo la cantidad necesaria.
- Tomar alimentos provenientes del medio en el que se vive y de temporada.
- Tomar alimentos ecológicos, lo menos manipulados posible, sobre todo si se trata de productos animales.
- Masticar concienzudamente cada bocado y discernir en cada caso por qué se come; ¿para crecer?, ¿por placer?, ¿para curarse?, ¿para evolucionar espiritualmente?…
pero cada persona tiene unas necesidades alimentarias particulares, por eso, es esencial comprender las especificaciones de cada alimento y que cada uno encuentre su variante perfecta de dieta macrobiótica.
Los alimentos:
- Cereales integrales: son la base de una alimentación justa.
- Vegetales, verdura y productos animales de temporada y preferiblemente de la zona geográfica en la que vivimos. La macrobiótica no se trata de un régimen vegetariano.
- Alimentos específicos de origen japonés como las algas, la soja, el miso, el tamarí, y los tés verdes entre otros.
- Legumbres, aportan a nuestro organismo gran parte de las proteínas necesarias y aminoácidos esenciales.
- Frutos secos y semillas, una espléndida fuente de aceites saludables y aportan gran cantidad de nutrientes.
- Fermentos, son otro de los alimentos que más se utilizan en la macrobiótica, tanto los pickles, que son fermentos de diversos alimentos como jengribre, daikon o pepinillos, como los fermentos derivados de la soja, donde encontramos el productos como el tamari, shoyu o miso.
- Alimentos como los productos refinados, las patatas y grasas animales deben ser evitados de nuestra alimentación para llevar a cabo una dieta macrobiótica.
Pirámide macrobiótica:
Las dietas macrobióticas son totalmente distintas a otro tipo de dietas; se centran en el equilibrio para mantener un cuerpo sano con las proteínas y vitaminas necesarias. No se debe ser excesivamente riguroso y mucho menos cuando todavía el cuerpo no está acostumbrado a este tipo de dietas, la persona debe educar la propia alimentación poco a poco.
¿Alguna vez has aplicado este tipo de dieta a tu alimentación?, ¿la recomendarías? Cuéntanos qué tal te ha ido, Tu experiencia personal es nuestra intriga, estaremos encantados de escucharte y valorar lo que nos cuentas.
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